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domingo, 9 de septiembre de 2012

El lenguaje del poder y el poder del lenguaje


Acatar o adherir, esa es la cuestión

El reciente conflicto surgido como consecuencia del pago en cuotas del aguinaldo fue el combustible que reavivó la llama del malestar que me produce escuchar o leer que «la medida de fuerza contó con un alto acatamiento».
Distintos medios gráficos y sitios web de los propios gremios utilizan sistemática y comúnmente esta terminología: «Alto acatamiento en la primera jornada del paro de estatales»   (El Día / 12-07-2012); «Alto acatamiento al paro docente convocado por el SUTE» (Los Andes / 02-07-2012); «Multitudinaria marcha y alto acatamiento al paro de estatales en Chubut»  (Web de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut - Web de la www.atechchubut.org /27-06-12); «Alto acatamiento al paro de ATE en toda la provincia» (La Voz de Jujuy / 13-07-2012); «Paro docente: alto acatamiento en Buenos Aires y otras seis provincias» (Clarín / 29-02-2012); «Paro docente: alto acatamiento en todo el país» (La Nación / 06-03-2012).

Según el diccionario de la Real Academia Española, acatar expresa en su primera acepción «tributar homenaje de sumisión y respeto» y en la segunda significa «aceptar con sumisión una autoridad o unas normas legales…». En tanto, el diccionario online «WordReference» le otorga casi el mismo sentido: obedecer, aceptar voluntariamente una norma o autoridad.

Todo discurso lleva una marca social. La relación entre lenguaje y poder ha sido y es estudiada permanentemente: Gramsci le atribuyó una singular importancia  al tema del lenguaje en sus «Cuadernos de la Cárcel». Por otra parte, el lingüista inglés Michael Halliday sostiene que «la lengua es el elemento esencial del proceso por medio del cual el ser humano llega a integrarse a un grupo...». Pues bien, según el lenguaje de los medios y de los propios representantes de la corrupta y servil burocracia sindical, se nos pretende integrar a un grupo verticalista y autoritario, claramente antidemocrático, tanto en su discurso como en sus acciones.

El uso del término «acatar» no es casual, ya que es una práctica tan frecuente  como abyecta en el día a día del devenir gremial la «bajada de línea» de la dirigencia hacia los afiliados en contraposición a la metodología de las asambleas de base.
El sistema capitalista cuenta entre sus principales aliados a los medios masivos de comunicación y a los sindicatos funcionales a los intereses de la patronal y al gobierno burgués de turno.
Pensar una sociedad sobre nuevas bases, entre otras cosas, requiere disputarle el poder a una mafia sindical anquilosada en sus sillones a través de nuevas organizaciones democráticas y combativas por un lado y, por otro, llevar adelante la tarea de poner en boca de cada trabajador una terminología y un discurso también democráticos.
Publicado en "Rebelión" 10/09/2012 - Copyleft

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