Nada
Con tinta transparente
un pincel imaginario
pintó un portón
infranqueable:
a la luz, a la música,
al júbilo de las flores dulces,
al placer áspero del vino
deslizándose en la lengua,
al placer, al perfume de la lluvia
en la tierra,
a la tierra,
al crujir armonioso
de las hojas de otoño,
al otoño,
a la delicia de la siesta
en verano,
al verano,
al café fragante
en las mañanas de invierno,
a las mañanas,
al invierno,
a las cuatro estaciones,
a los días,
a las semanas,
a los años,
a la vida.
Y antes del portón,
en el patio de la nada:
el vacío perenne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario