Redacción, adrenalina, último momento, editorial, jefes, empresa, salario, empleo, corresponsal de guerra, presión, fuente, políticos, influencia, amenaza, despido. Palabras que, aunque deliberadamente desordenadas, guardan una estrecha relación entre el periodista y el mundo que lo rodea. Claro, hablamos del periodista auténtico, no de aquellos que se han convertido en estrellas de los medios.
Ser periodista es estar al servicio de la verdad, aunque ésta siempre esté cargada de subjetividad.
Decía Mariano Moreno que: “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que sabe, lo que puede y lo que vale, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar durante un tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, el mudar de tiranos, sin destruir la tiranía”.
Ser periodista es ilustrar, instruir a quienes están en desventaja frente a los tiranos de los que hablaba Moreno, frente a la burocracia omnipresente, frente a la injusticia que surge de los poderes económicos y políticos, frente a las mafias que pululan por doquier.
Ser periodista, es tener coraje y, como decía Moreno, preferir la libertad peligrosa a la servidumbre tranquila.
Ser periodista es mostrar la realidad, aunque duela, aunque hiera, aunque sea molesta como la picadura de un tábano, aunque meta el dedo en la llaga de la impunidad que poseen los poderosos.
"Aunque se sufra como perro no hay mejor oficio que el periodismo", dijo Gabriel García Márquez.
Para esos periodistas, los que se comprometen, y en especial para los del diario “Crítica de la Argentina”, va mi afectuoso saludo en su día.